viernes, 24 de marzo de 2017

Cuidándonos

Cuando los seres humanos sienten frío, reaccionan de muchas maneras, que sin embargo todas tienen el objetivo de mantener la temperatura. Al ponérseles la piel de gallina, al igual que al tiritar, el mecanismo de adaptación es biológico porque uno no es consciente de que eso suceda. Si la persona decide correr, se trata de una adaptación física ya que el ser humano lo hace por voluntad propia, sabiendo que si corre, entra en calor.
De ser el caso de seres humanos que se encuentran en grupo, que, al sentir frío, se juntan, el tipo de adaptación es psico-socio-cultural. Esto se debe a que, como bien dice la definición de la salud, para mantener el estado de salud, el ser humano debe vivir en equilibrio con el ambiente físico, químico y biológico, como también vivir en equilibrio psico-socio-cultural en relación a otros seres humanos. Más sencillamente, para mantener la salud, el ser humano no depende únicamente de si mismo pero también de quienes lo rodean.
Hay decisiones que tenemos que tomar nosotros mismos, según consideremos que es lo mejor para la situación. Esto puede ser, por ejemplo, comer lo más sano posible, ver si comer carne con ensalada o hamburguesa con papas fritas; ponerse campera o no cuando hacen 2 grados; decidir si fumar o no; tomar Coca- Cola o agua en la cena, etc. Al mismo tiempo, somos responsables por la salud de quienes tenemos cerca. Alguien que fuma no solo está deteriorando su organismo pero también y, aún más, la de quien se encuentre con él o ella en ese momento, ya que lo está obligando a aspirar el aire contaminado con el humo. También sucede con alguien que se encuentra enfermo y asiste a lugares con mucha gente ya que pone en riesgo que alguno se contagie también.
 La salud es un estado del que se entra y se sale. Para poder conservar este estado, son fundamentales las necesidades básicas. Podemos divirlas en dos grupos: las vitales y las no vitales. Las vitales son las que, de no ser satisfacidas, una persona no puede vivir, por ejemplo, la alimentación. Las no vitales son las que si no son satisfacidas se puede vivir pero no se es saludable, como por ejemplo la vivienda o la educación. En el ambiente, contexto social y físico, en el que uno vive se encuentran los recursos para poder satisfacer estas necesidades. Pero esta satisfacción se tiene que dar adecuadamente y esto depende de la cantidad de recursos, la calidad que tengan y el tiempo en el que se los de. No todos tenemos las mismas necesidades básicas, ya que estas dependen del contexto social, físico y gustos de cada uno.
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